Publicado en: lun, Sep 1st, 2014

Porfirio Díaz: tan lejos de México y el perdón histórico tan cerca del olvido

Hace-181-años-nació-Porfirio-Díaz-1México jamás te ha olvidado”; “Gracias General”; “Algún día volverás…” son algunos de los mensajes contenidos en cartas que pude leer a las puertas de la tumba de Porfirio Díaz Mori en el cementerio de Montparnasse de París, hace algunos años que tuve la oportunidad de visitarlo.

Es una perogrullada decir que la historia la hacen los vencedores,  pero resulta increíble que   a casi 100 años de la muerte de Porfirio Díaz, sus restos sigan esperando la reivindicación y el perdón histórico que significaría la repatriación a su amado México y a su querida Oaxaca; solitario, en el olvido, en la lontananza parisina, siendo uno más de los sepulcros que turistas curiosos y despistados visitan, junto a poetas, filósofos, y personajes otrora famosos, actualmente desconocidos por la mayoría de las nuevas generaciones.

El epíteto de “dictador” impregnó su figura  y borró su legado y todas las demás acciones que realizó en favor de México. Qué importa que haya combatido valiente y ferozmente a los franceses en la batalla del 5 de mayo, y que los haya derrotado en la no menos meritoria del 2 de abril; qué importa que haya pacificado al país después de 60 años de guerras civiles e invasiones extranjeras  –aunque no con métodos precisamente democráticos y de respeto a los derechos humanos a la luz de los paradigma actuales-; qué importa que haya dedicado su vida entera al servicio de México y lo que él creyó que más convenía a los intereses nacionales; qué importa que haya buscado disminuir la influencia de Estados Unidos mediante el incentivo a las inversiones europeas: al respecto recuerden la célebre frase: “Tan lejos de Dios, tan cerca de Estados Unidos” acuñada por el propio Porfirio .

Simple y sencillamente no podemos sustraernos a ese vicio historicista de juzgar a personajes del pasado con anteojeras ideológicas actuales. Porfirio Díaz era enemigo de la democracia, dicen sus detractores: ¿Acaso realmente creen que había otra forma de gobierno posible en aquella turbulenta época de nuestra historia con la mayoría de la población sumida en la miseria y el analfabetismo, y después de innumerables revueltas, revoluciones e invasiones extranjeras? ¿Qué acaso Benito Juárez no ejerció una presidencia dictatorial haciendo uso de supuestas facultades constitucionales para mantenerse en el poder por más de 15 años aduciendo diversas amenazas a la patria?

Pero Juárez es, con todo y sus defectos y desaciertos, un prócer de la patria y Benemérito de las Américas –distinción concedida por el gobierno de Colombia-, en tanto que Porfirio Díaz es, en la memoria colectiva, un dictador que fue obligado al exilio por el triunfo parcial de una “Revolución” que acabó costando 500 mil muertos y que no instauró una democracia, sino una “dictadura perfecta” con un sistema de partido hegemónico que perduró 70 años, en el que hubo de todo menos una genuina vida democrática.

Es el momento de abandonar la postura maniquea que condena al ex presidente Porfirio Díaz por sus execrables errores – como impedir a la mala que Francisco I. Madero contendiera por la Presidencia, así como no aceptar que su tiempo político había concluido- y reconocerle los enormes servicios que prestó a México, en especial sus hechos de armas contra la invasión francesa y su labor de pacificación y mejora de la economía del país. Es la hora de que el Estado mexicano inicie los trámites necesarios para que los despojos del general Porfirio Díaz retornen a México y descansen finalmente en paz.

Artículo escrito por Francisco Espinoza, publicación en SDP Noticias.


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